Biotecnología en la Patagonia: innovaciones con hongos y erizos de mar

En la región de la Patagonia, Argentina, se están desarrollando iniciativas biotecnológicas que prometen revolucionar la producción alimentaria y los suplementos dietarios. Estas iniciativas, impulsadas por investigadores del Conicet, buscan crear productos más sostenibles y accesibles, beneficiando tanto a la salud humana como al medio ambiente. Dos proyectos destacados se están llevando a cabo en Bariloche y Puerto Madryn.
La biotecnología como motor de cambio
La biotecnología se define como la aplicación de herramientas de ingeniería genética para obtener bienes y servicios a partir de organismos vivos. Desde los años ochenta, su uso ha crecido considerablemente en el mejoramiento de cultivos y animales, generando un impacto positivo en la agricultura y la ganadería. En este contexto, las iniciativas en Patagonia se destacan por su enfoque innovador y por abordar problemáticas ambientales y de salud.
En Bariloche, se está gestando un proyecto que involucra la producción de astaxantina, un pigmento natural que se utiliza tanto en la industria alimentaria como en la cosmética. Esta planta, que será construida por el Grupo Harmony en colaboración con el Conicet, se ubicará en el Parque Productivo Tecnológico Industrial Bariloche (PITBA). La astaxantina, proveniente de la levadura Phaffia rhodozyma, se ha estudiado por sus propiedades antioxidantes y su potencial en la alimentación acuícola.
Investigación y desarrollo en Bariloche
El Dr. Diego Libkind, director del IPATEC, ha liderado investigaciones sobre la biodiversidad de levaduras en diversos ecosistemas patagónicos. Su equipo identificó una especie de levadura que produce astaxantina, un hallazgo que no solo tiene aplicaciones en la alimentación de salmónidos, sino que también promete ofrecer una alternativa más económica y sostenible a los pigmentos sintéticos que actualmente se utilizan en la acuicultura.
La propuesta busca optimizar la producción del pigmento en biorreactores, permitiendo su separación y secado para incorporarlo en alimentos balanceados para peces. Esta innovación no solo contribuirá a la industria local, sino que también posicionará a Argentina como un competidor en el mercado internacional de productos acuícolas.
La creación de una startup en Puerto Madryn
Simultáneamente, en Puerto Madryn, se ha establecido una startup dedicada al cultivo de erizos de mar. Este proyecto también tiene el respaldo del Conicet y se enfoca en la sostenibilidad y en el aprovechamiento de recursos naturales de la región. La recolección y cultivo de erizos no solo tiene un valor económico, sino que también contribuye a la conservación de los ecosistemas marinos.
La combinación de estas dos iniciativas resalta la capacidad de la biotecnología para generar soluciones innovadoras que respeten el medio ambiente. Además, ambas iniciativas tienen el potencial de fomentar el desarrollo económico local, creando empleos y promoviendo un modelo productivo más responsable.
Impacto en la salud y la alimentación
Uno de los beneficios más destacados de la astaxantina es su capacidad antioxidante, que es aproximadamente quinientas veces más potente que la vitamina E. Este pigmento no solo es vital para la salud de los peces, sino que también tiene aplicaciones en la cosmética y la nutracéutica. Sin embargo, su incorporación en el consumo humano aún requiere regulaciones específicas en Argentina.
La producción de astaxantina a partir de levaduras representa una alternativa saludable y natural, que podría mejorar la calidad de los suplementos dietarios disponibles en el mercado. Esta propuesta se alinea con la creciente demanda de productos más amigables con el medio ambiente y con las tendencias hacia dietas más sostenibles.
Colaboración público-privada en la biotecnología
La colaboración entre el sector público y privado es fundamental para el éxito de estos proyectos. La alianza entre el Conicet y el Grupo Harmony no solo facilitará el desarrollo de la planta en Bariloche, sino que también permitirá la transferencia de conocimientos y tecnologías al sector productivo. Este tipo de sinergias es esencial para potenciar la biotecnología en Argentina y llevar a cabo desarrollos que respondan a las necesidades actuales del mercado.