Habitar el bosque por Hernán Giardini
Giardini vive desde hace más de una década en Bariloche, donde integra su vida cotidiana con la defensa del bosque nativo y los ecosistemas patagónicos.
Para Hernán Giardini, la naturaleza no es un concepto abstracto ni un recurso a administrar; es su entorno cotidiano. Desde hace más de una década, eligió radicarse en Bariloche, Río Negro, alejándose del cemento urbano para vivir conectado con los bosques y montañas que definen la identidad de la Patagonia. Esta decisión de vida es coherente con su rol profesional: como coordinador de la campaña de Bosques en Greenpeace, Giardini defiende literalmente el suelo que pisa.
Su rutina integra el disfrute del paisaje con la responsabilidad de protegerlo. Amante del trekking, recorre los senderos de montaña no solo como deportista, sino como un observador testigo de la belleza y fragilidad del ecosistema. Esta conexión vital con el entorno se complementa con su faceta musical; tras diez años de estudio de percusión, encuentra en el ritmo y en sus viajes otra forma de dialogar con las culturas y territorios que busca preservar.
La protección del gran hogar común
La labor de Giardini puede interpretarse como el esfuerzo por cuidar la “casa común”. Su gestión ha sido fundamental para frenar la destrucción de hábitats que son vitales para el equilibrio climático y la biodiversidad. Fue una pieza clave en la sanción de la Ley de Bosques en 2007, una normativa que nació de la necesidad urgente de poner límites al avance desmedido sobre el monte nativo.
Su visión trasciende lo estético para enfocarse en lo esencial: el agua y la vida. También impulsó la campaña por la Ley de Glaciares, logrando proteger las reservas de agua dulce de actividades invasivas como la minería. Para Giardini, defender estos espacios es asegurar la calidad de vida de las generaciones futuras frente a amenazas como los incendios intencionales y el cambio climático.
Comunicar para reconectar
Licenciado en Comunicación por la UBA y periodista de oficio, Giardini utiliza su voz para reconstruir el vínculo entre la sociedad y la naturaleza. Desde los micrófonos de Radio Piuke en el sur, o a través de documentales, su objetivo es narrar lo que está sucediendo en los territorios.
En un mundo post-pandémico donde a menudo prevalece el individualismo, su propuesta es volver a mirar hacia afuera, hacia el bosque. Su trabajo diario es un recordatorio de que “habitar” el planeta conlleva la responsabilidad de protegerlo, enfrentando la desidia con creatividad, estrategia y un compromiso innegociable con la vida.
