10 diciembre, 2025

Mecanismo interno de una teleimpresora capaz de decodificar señales en código Baudot, base de la telegrafía multiplexada.


Se llaman multiplex los sistemas telegráficos que permiten la transmisión simultánea de más de un mensaje a la vez en la misma dirección. Los sistemas multiplex pueden ser de tiempo o de frecuencia. En los primeros, los mensajes se intercalan recíprocamente, letra por letra o elemento por elemento, aprovechando la circunstancia ya mencionada de que la manipulación o transliteración requiere más tiempo que la transmisión o emisión. Los sistemas Baudot son típicos entre los multiplex de tiempo.

El multiplex de frecuencia emplea el mismo método de superposición que la telefonía de onda portadora. La señal telegráfica es una oscilación de frecuencia definida, debidamente manipulada. Utilizando una frecuencia determinada para cada mensaje, todos pueden entregarse a la misma vía de transmisión, para separarlos en el puesto receptor por medio de circuitos de filtros. De esta manera resulta posible la transmisión de millares de mensajes simultáneos por medio de un solo par de alambres (cables coaxiales) o de una única vía radial (enlaces de microondas).

Servicio Telex

El servicio telex, de rápida difusión en los últimos años, es un servicio telegráfico que tiene mucho en común con el telefónico. Cada abonado, provisto de una máquina telescritora, está unido a una central urbana por medio de una línea local. La central, a su vez, está provista de los medios de conmutación necesarios para comunicar a cada abonado con cualquier otro, utilizando líneas locales, líneas de larga distancia o la vía radial. De ese modo, el abonado al servicio telex está en contacto directo con todo el mundo y por sí mismo puede transmitir a cualquier otro abonado mensajes escritos.

El servicio telex ofrece como ventajas principales, sobre el teléfono, la constancia del mensaje transmitido y la posibilidad de transmitirlo sin que el destinatario se halle presente en el lugar de recepción, pues la máquina llamada se identifica a sí misma para asegurar que la conexión ha sido bien hecha y puede funcionar sin la presencia de un operador. Esta posibilidad es muy interesante para las comunicaciones de tipo comercial entre aquellos países cuyas horas de oficina no son coincidentes.

Telefacsímil y Telefotografía

El telefacsímil y la telefotografía pueden considerarse sistemas intermedios entre la telegrafía ordinaria y la televisión. Ambos sirven para la transmisión lenta de imágenes fijas, registradas previamente sobre una hoja. En el telefacsímil se copia un dibujo lineal (es decir, en blanco y negro, sin tonalidades grises). En la telefotografía, en cambio, la imagen es una fotografía común.

En ambos casos, la modulación está a cargo de una celda fotoeléctrica (aunque en el telefacsímil pueden emplearse otros medios). La hoja de papel que contiene la imagen que se quiere transmitir se arrolla sobre un cilindro rotativo. Junto con la rotación, el cilindro (o la célula fotoeléctrica) se desplaza longitudinalmente. Mediante un sistema de lentes se concentra un punto de luz sobre la superficie del papel. El movimiento rotatorio y el longitudinal combinados hacen que este punto recorra toda la imagen.

La luz reflejada varía según los claroscuros y es recogida por la celda fotoeléctrica, la cual produce la señal eléctrica correspondiente. Esta señal se aplica a la vía de transmisión, por lo general sin registro intermedio.

En el receptor hay asimismo un cilindro rotativo y desplazable, cuyo movimiento está sincronizado con el del transmisor y que se halla cubierto por el papel virgen donde se registrará la imagen. En la telefotografía el papel es fotosensible: la señal controla la intensidad del rayo luminoso que lo impresiona. Luego el papel se revela como en una fotografía ordinaria.

En el telefacsímil, en cambio, el papel fotosensible se reemplaza por un papel tratado químicamente que se endurece cuando es atravesado por corriente eléctrica. El cilindro es conductor y sobre el papel se apoya una punta de contacto eléctrico que reemplaza al rayo luminoso. La señal atraviesa el papel, que se ennegrece más o menos según la intensidad de la corriente. El detalle obtenido es suficiente para reproducir mapas, cartas meteorológicas, textos escritos, dibujos a pluma, etc.

El Ultrafax

El Ultrafax y otros sistemas de telegrafía de muy alta velocidad se basan en principios más cercanos a la televisión que a la telegrafía. El texto o la imagen a transmitir se registra previamente sobre una película fotográfica continua, como la empleada en el cinematógrafo. Estas imágenes se transmiten después de modo muy similar a las imágenes de televisión; pero en el receptor, en lugar de reproducirse en una pantalla, se registran sobre película fotográfica.

La velocidad de transmisión es extraordinaria (siempre que el ancho de banda de la vía lo permita), pues, así como en la televisión se transmiten 25 o 30 imágenes por segundo, en el Ultrafax podrían transmitirse hasta 30 —y posiblemente más— páginas escritas por segundo, lo que representa entre 15.000 y 30.000 palabras.