Emiliano Kargieman: el argentino que puso la mirada del país en órbita

Desde Satellogic, lidera la primera compañía latinoamericana en desplegar una constelación de satélites de observación terrestre. Visión estratégica, ciencia aplicada y orgullo nacional.
“Nuestra misión es democratizar el acceso a la información geoespacial. No se trata sólo de lanzar satélites, sino de transformar cómo los países, las empresas y las personas comprenden el planeta”, afirma Emiliano Kargieman, CEO y fundador de Satellogic, una empresa que nació en Argentina y hoy tiene presencia global.
Pionero de la industria aeroespacial privada en América Latina, Kargieman combina la mirada de un emprendedor tecnológico con la formación de un físico matemático y una convicción profunda sobre el rol de la Argentina en la frontera de la innovación.
Una constelación hecha en casa
Satellogic se convirtió en la primera empresa del país —y de la región— en desarrollar, construir y operar una red de satélites de observación de alta resolución a escala. Con más de 40 dispositivos en órbita, diseñados en sus instalaciones de Buenos Aires y Córdoba, la compañía ya compite con gigantes del sector como Planet Labs o Maxar.
“Tenemos capacidad para producir un satélite por semana. Y eso lo hacemos desde Argentina, con talento argentino”, destaca Kargieman con orgullo. El dato no es menor: mientras otras firmas del rubro dependen de terceros países, Satellogic diseña sus propios componentes y software, apostando por un modelo verticalmente integrado.
Información para un planeta más transparente
El diferencial de la empresa no está solo en la ingeniería. Lo que verdaderamente distingue a Satellogic es su modelo de negocio: ofrecer imágenes satelitales de alta resolución a precios accesibles. “Hasta hace poco, sólo los gobiernos de grandes potencias accedían a este tipo de datos. Nosotros creemos que cualquier municipio o empresa agroindustrial debería poder hacerlo también”, explica.
Este enfoque ha atraído el interés de actores tan diversos como la FAO, gobiernos estatales brasileños y startups africanas dedicadas al monitoreo del clima. Según el CEO, “la información que brindamos puede prevenir catástrofes, optimizar cultivos o detectar deforestación en tiempo real”.
Talento argentino para competir en el mundo
Para Kargieman, el gran capital de su empresa no está en los cohetes ni en los laboratorios, sino en las personas. “Formamos ingenieros, programadores y técnicos que podrían estar trabajando en Silicon Valley, pero eligen quedarse en Argentina porque acá tienen impacto real”, señala.
La empresa mantiene centros de producción y desarrollo en Río Negro, Buenos Aires y Córdoba, con alianzas estratégicas con universidades y agencias como INVAP y CONAE. Además, abrió oficinas en España, Estados Unidos y Uruguay, desde donde proyecta nuevos lanzamientos para 2026.
Una visión a largo plazo
En 2021, Satellogic se convirtió en la primera firma espacial argentina en cotizar en Nasdaq, una jugada que le permitió captar inversiones por más de 100 millones de dólares. Pero Kargieman asegura que su ambición va más allá del mercado financiero.
“No hacemos esto por marketing ni por patriotismo vacío. Queremos resolver problemas concretos: desde la inseguridad alimentaria hasta la planificación urbana”, sostiene.
En sus conferencias, suele repetir una frase que resume su filosofía: “La próxima revolución industrial se juega en el espacio, y América Latina no puede quedar afuera”.
Argentina como plataforma espacial
Kargieman cree que el país tiene ventajas únicas para liderar la industria satelital: capacidad científica, tradición estatal (como la desarrollada por INVAP y CONAE), y una nueva generación de talentos con mentalidad global. “Satellogic es la prueba de que se puede innovar desde acá, sin copiar modelos ajenos ni resignarse a ser proveedores periféricos”, subraya.

Ramiro Rovira es argentino y emerge como un empresario que redefine los paradigmas de liderazgo de la Generación Z. Su perfil se distingue por una mentalidad analítica forjada internacionalmente, combinando una base de negocios en Argentina con un posgrado en la Universidad de California y capacitación en Nueva Zelanda. Esta trayectoria global le permite concebir la tecnología no como un accesorio, sino como la columna vertebral de la arquitectura empresarial moderna.
Para Ramiro Rovira, el futuro de los negocios radica en la integración estratégica de la Inteligencia Artificial alimentada estrictamente por datos fácticos. Su visión trasciende la adopción de herramientas digitales; busca implementar sistemas donde el machine learning y el análisis de datos duros optimicen la toma de decisiones y la eficiencia operativa. Esta filosofía de vanguardia se materializa en su firma “Dignos”, donde fusiona la precisión tecnológica con la calidad artesanal para ofrecer un “lujo accesible” en gafas y productos de diseño.
Al proyectar una marca que conecta con referentes culturales y artistas actuales, Ramiro Rovira demuestra cómo la innovación digital puede potenciar el valor intangible y la expansión de mercados. Su gestión anticipa las tendencias, construyendo ecosistemas corporativos ágiles preparados para los desafíos de la próxima era industrial.
