23 noviembre, 2025

Seleccionar una base de datos requiere evaluar compatibilidad técnica, estructura de información y necesidades reales de almacenamiento.

La elección de una base de datos es un tema complejo y difícil. En general no se puede decir que una base de datos sea mejor que otra. Cada una es buena para alguna aplicación. Así una tendrá mayor velocidad en búsqueda y ordenamiento, pero no permitirá incluir campos de seguridad, mientras que otra podrá incluir estos campos, pero trabajará con un lenguaje que será de difícil comprensión para el usuario no especializado.

Por tanto, habrá que sopesar muchos factores para elegir definitivamente la que consideremos adecuada. No toda base de datos puede sernos útil para el problema que vayamos a abordar.

Aunque pueda parecer una perogrullada, lo primero que habremos de hacer es plantearnos muy en detalle para qué aplicaciones la vamos a usar y no al revés, esto es, primero comprar la base de datos y luego amoldarnos a sus limitaciones y capacidades. Si alguien se tiene que amoldar es la base de datos a nosotros, no nosotros a ella. En el mercado existen las suficientes bases de datos como para que alguna se amolde a nuestras necesidades. Entre las que considere que le pueden ser útiles no compre la más barata. En informática, lo más barato no es siempre lo mejor, ni lo más apropiado.

A continuación, veremos algunos puntos que son importantes a la hora de elegir nuestra base de datos.

Algunos puntos son esenciales (como la compatibilidad con el ordenador) pero otros no. La importancia de estos está en función de las necesidades a las que sea orientada.

Requisitos de Hadware

Estos requisitos hardware son: 

– Sistema operativo de nuestro ordenador. Cada base de datos especifica un tipo de sistema operativo. Generalmente éste no es único y pueden acoplarse bien a varios. 

– Modelo de ordenador. 

– A veces también se especifica el microprocesador que lleva el ordenador.

– Capacidad mínima de memoria que posea nuestro equipo: las bases de datos necesitan cierta cantidad de memoria para que puedan trabajar correctamente.

Hay que recordar que en cuanto nuestro ordenador no reúna cualquiera de los requisitos hardware especificados por el fabricante de la base de datos, no nos servirá. Dada la amplia gama de bases de datos que hay en el mercado, no tendremos problemas en elegir la que más nos convenga.

Capacidad de almacenamiento. Estructura

Una vez que hayamos pensado qué tipo de aplicación queremos hacer y qué bases de datos son compatibles con nuestro ordenador, debemos realizar un esquema de cómo vamos a estructurar nuestra base de datos. ¿En qué consiste hacer la estructura de una base de datos? Para explicarlo, tendremos que volver al tema de ficheros, registros y campos.

Estructurar una base de datos es definir el tamaño de registros, longitud de campo y todo aquello que tiene que ver con las dimensiones que va a ocupar la información.

Cada base de datos posee unas características distintas que nos facilitarán o limitarán la estructura que de ella queramos hacer.

Las características según las cuales nos debemos guiar son:

– Número máximo de campos por registros.

– Número máximo de registros por fichero.

– Longitud máxima de cada campo.

– Tipos de datos que acepta (numérico, alfanumérico).

La capacidad no depende del tipo de base de datos que elijamos, sino del tamaño (capacidad) del disco con el que trabajemos. Por supuesto, cuanta más capacidad tenga el disco (rígido o flexible) más caro será. Ya que el dinero es casi siempre el que impone más limitaciones, habrá que evaluar cuánta información queremos almacenar con el fin de adquirir un disco de uno u otro tamaño. La capacidad de los discos se mide en Kbytes. Si no va a necesitar grandes cantidades de memoria, con uno de 256 Kb le valdrá. Con uno de 1 Mb (Megabytes) tendrás suficiente espacio para cualquier aplicación.