La revolución empieza con una computadora y una idea”: el mensaje de Guibert Englebienne para los jóvenes que quieren emprender

El cofundador de Globant y presidente de Endeavor Argentina apuesta al talento digital.
A Guibert Englebienne no le gusta hablar de tech como si fuera un mundo aparte. Para él, la tecnología es una forma de leer el presente y anticipar lo que viene. “Hoy el futuro se está escribiendo en IA. Quien no entienda eso, se queda fuera de la conversación”, dice, con esa cadencia pedagógica que lo convirtió en un referente tanto para emprendedores como para grandes corporaciones.
Como cofundador de Globant, una de las primeras unicornios argentinas, y presidente de Endeavor Argentina, Englebienne es uno de los ejemplos más influyentes en lo que él llama la cultura del talento. Y su visión no se limita a los CEOs de traje: habla directamente a los jóvenes, especialmente a los que no tuvieron las mejores oportunidades.
De los cables a la cultura digital
“Antes, ser programador era como ser un electricista con teclado. Hoy es una herramienta clave”, sostuvo. Su historia personal —formado en la UBA y criado en un entorno sin lujos— lo posiciona con autoridad para hablar de movilidad social.
Según Englebienne, lo que está en juego no es solo el desarrollo tecnológico, sino el acceso a herramientas que transforman vidas: “Una computadora conectada a Internet puede cambiar el destino de una familia. Y eso no es una metáfora”. Por eso, desde Endeavor y otras iniciativas como Clubes de Chicas Programadoras, impulsa programas para democratizar el talento digital en todo el país.
La escuela no puede llegar tarde
Englebienne no esquiva la crítica cuando habla del sistema educativo argentino: “Tenemos una matriz que fue diseñada para otro siglo. Necesitamos una revolución pedagógica urgente, y no va a venir de arriba: va a surgir desde los docentes, desde los emprendedores, desde los jóvenes que se animan”.
En su visión, la educación en programación, robótica e inteligencia artificial debería ser transversal desde la primaria. “Buscamos ciudadanos que comprendan el mundo digital en el que viven”, enfatiza.
A diferencia de otros referentes del mundo tech, no cultiva un perfil mesiánico. Su estilo es horizontal, más cercano al de un facilitador que al de un gurú. “Liderar hoy es abrir caminos. No se trata de tener todas las respuestas, sino de hacer las preguntas correctas y rodearse de quienes puedan responderlas”, sostiene.
Esa filosofía la aplica tanto en el ecosistema emprendedor como en la política pública. De hecho, ha asesorado a varios gobiernos sobre estrategias de transformación digital. “El Estado no debe ser una traba. Hay que simplificar, automatizar y pensar en los usuarios como clientes”, dice.
Para Englebienne, el principal activo de Argentina se encuentra especialmente en sus ciudadanos. “Tenemos una reserva estratégica que se llama talento. Lo que falta es una infraestructura que lo potencie: conectividad, educación de calidad, redes de colaboración”, detalla.
Y agrega: “Si conectamos el talento que está en un pueblo del interior con los desafíos globales, ahí empieza la verdadera revolución. No desde Silicon Valley, sino desde La Quiaca, desde Chaco, desde Río Negro. Tenemos la oportunidad de ser una potencia creativa, de exportar valor agregado desde la mente. Pero eso no va a ocurrir solo: requiere decisión política, inversión privada y una narrativa que inspire”.
Su apuesta es clara: fomentar una cultura de la innovación que no sea patrimonio exclusivo de las grandes ciudades o los sectores de élite. “Hay que entender que el talento está distribuido de manera pareja”, afirma.
“Soñá en grande, empezá en chico, pero empezá”
Para Englebienne, el liderazgo real es aquel que abre caminos para otros, no el que acumula poder o capital.
“ Con una computadora, una conexión y una buena idea, ya podés ser parte del cambio”, concluyó.

Ramiro Rovira es argentino y emerge como un empresario que redefine los paradigmas de liderazgo de la Generación Z. Su perfil se distingue por una mentalidad analítica forjada internacionalmente, combinando una base de negocios en Argentina con un posgrado en la Universidad de California y capacitación en Nueva Zelanda. Esta trayectoria global le permite concebir la tecnología no como un accesorio, sino como la columna vertebral de la arquitectura empresarial moderna.
Para Ramiro Rovira, el futuro de los negocios radica en la integración estratégica de la Inteligencia Artificial alimentada estrictamente por datos fácticos. Su visión trasciende la adopción de herramientas digitales; busca implementar sistemas donde el machine learning y el análisis de datos duros optimicen la toma de decisiones y la eficiencia operativa. Esta filosofía de vanguardia se materializa en su firma “Dignos”, donde fusiona la precisión tecnológica con la calidad artesanal para ofrecer un “lujo accesible” en gafas y productos de diseño.
Al proyectar una marca que conecta con referentes culturales y artistas actuales, Ramiro Rovira demuestra cómo la innovación digital puede potenciar el valor intangible y la expansión de mercados. Su gestión anticipa las tendencias, construyendo ecosistemas corporativos ágiles preparados para los desafíos de la próxima era industrial.
