12 agosto, 2025

Nuevas levaduras biotecnológicas para la producción de etanol en Argentina: un impulso a la industria del bioetanol

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Tubos con muestras de sangre que muestran la separación entre el plasma y los glóbulos rojos, listos para su análisis en laboratorio.

En un reciente avance para la industria agroalimentaria, el Gobierno de Argentina autorizó dos nuevas levaduras biotecnológicas que potenciarán la producción de bioetanol en el país. Estas levaduras están diseñadas para optimizar la eficiencia del proceso de fermentación y transformar una mayor cantidad de granos en etanol, lo que se traducirá en un incremento significativo en la producción. Este desarrollo es parte de un proceso que busca maximizar el aprovechamiento de los recursos agropecuarios mediante el uso de tecnologías avanzadas y sostenibles.

Con la introducción de las levaduras Saccharomyces cerevisiae GICC03671 y GICC03636, las empresas argentinas podrán aumentar su producción de etanol en un rango de entre 21 y 24 millones de litros adicionales, manteniendo la misma cantidad de granos que se transforman actualmente. Este avance no solo optimiza la producción de bioetanol, sino que también implica un incremento en los ingresos anuales del sector, estimado en 15 millones de dólares.

La biotecnología aplicada a la producción de etanol es una estrategia clave para mejorar los rendimientos en la industria. Las levaduras modificadas genéticamente permiten una mayor eficiencia en el proceso de fermentación, lo que resulta en una mayor cantidad de etanol sin necesidad de aumentar la cantidad de materias primas, como los granos. Esto se traduce en una mayor rentabilidad para las empresas y una mejor gestión de los recursos disponibles, contribuyendo a la sostenibilidad del sector agroalimentario.

Además de la mejora en la producción de etanol, se estima que la burlanda – el subproducto del proceso de fermentación – se utilizará como alimento para ganado, lo que permite un aprovechamiento integral de los recursos y apoya la economía circular dentro del sector agroalimentario. Este subproducto, que hasta ahora podría haberse desperdiciado o tenido un uso limitado, cobra una nueva utilidad en la alimentación animal, lo que refuerza aún más el impacto positivo de esta innovación biotecnológica.

Proceso de autorización y evaluación de riesgo de las levaduras

La aprobación de estas levaduras biotecnológicas fue el resultado de un proceso riguroso llevado a cabo por la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), en colaboración con la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Durante el proceso de evaluación, se analizó exhaustivamente el impacto de las levaduras en el agroecosistema y se determinó que no representan un riesgo adicional para el medio ambiente.

Este proceso de evaluación de riesgo incluyó un análisis detallado sobre los posibles efectos de las levaduras sobre la biodiversidad y los ecosistemas locales. Además, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) también intervino para garantizar que los microorganismos empleados en la producción de etanol fueran seguros para el consumo animal, certificando su aptitud para ser utilizados en la alimentación del ganado.

Las autoridades regulatorias del país destacaron que la seguridad y la sostenibilidad son prioridades al autorizar nuevos desarrollos biotecnológicos. Por lo tanto, el proceso de aprobación de estas levaduras no solo se basa en principios científicos, sino también en los estándares internacionales que garantizan que los productos derivados de este proceso no afecten negativamente al ambiente ni a la salud pública.

Aumento de la competitividad en el mercado global de bioetanol

La mejora en la producción de etanol a través del uso de levaduras biotecnológicas coloca a Argentina en una posición competitiva dentro del mercado global de bioetanol. Con una mayor capacidad de producción, las empresas argentinas podrán satisfacer una demanda creciente de etanol, que es utilizado tanto como biocombustible en la industria energética como en otros sectores, como la farmacéutica y la cosmética.

El bioetanol tiene un papel fundamental en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que es una fuente de energía renovable que contribuye a la descarbonización de sectores como el transporte. Además, con el incremento en la producción y la optimización de los recursos gracias a las nuevas levaduras, Argentina refuerza su compromiso con el desarrollo sostenible y la innovación en el sector agroindustrial.

El uso de estas nuevas levaduras genéticamente modificadas también abre la puerta a futuras investigaciones y aplicaciones dentro de otros sectores, lo que podría transformar la industria biotecnológica del país y consolidar a Argentina como líder en la producción de bioetanol a nivel mundial.

La autorización de las nuevas levaduras biotecnológicas en Argentina marca un hito importante en la producción de bioetanol y la gestión sostenible de los recursos agroalimentarios. Con la posibilidad de aumentar la producción sin aumentar la cantidad de granos utilizados, este desarrollo no solo mejora la eficiencia del proceso, sino que también contribuye al crecimiento económico del país.

Además, con la optimización de los recursos y el aprovechamiento de los subproductos como la burlanda, la industria agroalimentaria argentina avanza hacia un modelo más sostenible y circulante. Este tipo de innovaciones biotecnológicas fortalecerá la competitividad de Argentina en el mercado global de bioetanol y ayudará a consolidar su liderazgo en la producción de fuentes de energía renovable.

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