Avances en biotecnología vegetal: proteger los cultivos para un futuro sostenible

La biotecnología vegetal se convirtió en un pilar central en la búsqueda de métodos sostenibles y eficientes para mejorar la productividad agrícola y resolver los problemas de plagas, enfermedades y malezas que amenazan a las plantas.
Los investigadores pretenden utilizar técnicas innovadoras para desarrollar variedades de especies más resistentes que se adapten a diferentes condiciones ambientales con el objetivo de reducir la dependencia de pesticidas y herbicidas químicos que pueden tener efectos negativos en el medio ambiente y la salud humana.
Esto se consigue identificando y transfiriendo genes específicos que codifican proteínas o compuestos bioquímicos que potencian las defensas naturales de las plantas.
Por ejemplo, se desarrollaron variedades de maíz genéticamente modificadas que producen ciertos venenos para ciertos insectos, reduciendo la necesidad de pesticidas externos y protegiendo el cultivo de manera más efectiva.
Resistencia a plagas e insectos
Los insectos son una gran amenaza para la agricultura, debido a que causan daños económicos y a las cosechas.
Con este escenario, la biotecnología vegetal permitió desarrollar plantas resistentes a determinados insectos, como el mencionado maíz, que produce una toxina llamada Bt (Bacillus thuringiensis) para luchar contra determinados insectos sin afectar a los organismos ni al entorno circundante.
Un desafío importante en la agricultura son también las enfermedades fúngicas, virales y bacterianas.
Los métodos biotecnológicos permiten a los científicos identificar genes de resistencia a enfermedades de especies relacionadas y transferirlos a los cultivos.
Esto llevó al desarrollo de variedades menos susceptibles a enfermedades comunes, lo que redujo la necesidad de fungicidas y otros tratamientos químicos.
Malezas y tolerancia a las malas hierbas
Además de las plagas y enfermedades, las malas hierbas compiten con las plantas por los nutrientes, el agua y la luz solar.
La biotecnología vegetal permitió crear plantas resistentes a determinados herbicidas, facilitando el control de las malas hierbas sin dañar los cultivos.
Se demostró que estas variedades tolerantes a herbicidas son efectivas para controlar las malezas y reducir el uso de herbicidas convencionales.
Beneficios ambientales y económicos
Los avances en el rubro ofrecen ventajas no solo en términos de protección de cultivos y mayor productividad, sino también beneficios positivos.
Reducir el uso de pesticidas y herbicidas químicos disminuye la contaminación ambiental y preserva la biodiversidad de los ecosistemas agrícolas.
Además, mejorar la resistencia de las plantas puede generar rendimientos más consistentes y predecibles para los agricultores, lo que contribuye a la seguridad alimentaria y la estabilidad económica.
En este sentido, desempeña un papel fundamental en la protección de los cultivos y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles.
A medida que aumenta la demanda de alimentos y aumentan las preocupaciones ambientales, estas innovaciones son esenciales para la seguridad alimentaria global y la salud de nuestros ecosistemas agrícolas.